En una localidad muy lejos de aquí, donde no hay diferencia entre Oriente y Occidente, vivían dos maravillosas niñas de culturas muy diferentes. Un día, estaban jugando a las casitas y decidieron decorar el jardín. Ambas niñas tenían ideas estupendas pero muy distintas.
- Plantemos césped y rosales - propuso una
- Y ¿por qué no hacemos un jardín seco? - dijo la otra
- ¿Un jardín con piedras?
- Se llama gravilla
- Y ¿no vamos a ponerle flores, ni plantas?
Las dos niñas discutieron amistosamente como sería su jardín ideal. Y cada una respetando los gustos de la otra fue poniendo sus pequeños detalles.
- ¿Y ese palo vamos a usarlo en nuestro jardín?
- Con el haremos surcos en la gravilla que simbolizan el agua de nuestro jardín seco.
Así debería ser, verdad? Hablando se entiende la gente y las cosas irían mejor.
ResponderEliminarBesos
Ojalá fuera así siempre y supiéramos dialogar, debatir y ser ASERTIVOS, otro gran valor a inculcar en nuestros hijos... Y en muchas personas adultas, que falta les hace... Además, te diré que esa mezcla de jardín ha sido mucho mejor que cualquiera de los dos extremos.
ResponderEliminar¡Un besazo! Buena historia, genial mensaje!
Qué gran mensaje, el de dialogar, escuchar, compartir y amistad. Todo en 150 palabras. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn besito
Que bien, ojala siempre se pueda discutir así, sin pelear!
ResponderEliminarVanesa
Una Bruja y sus dos Sapitos
Sí el resultado es ese jardín es precioso, ojala todos fuésemos como esas dos niñas.un besazo
ResponderEliminarUn mensaje precioso... Y el jardin tambien!
ResponderEliminarFeliz Semana!
Qué buena idea!! Me ha gustado mucho, el jardín queda genial y el cuento, una maravilla!
ResponderEliminarQue bonito jeje un jardín zen! Bonita enseñanza del respeto cultural y la cultura ajena. Un abrazo-
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