Cada parto es un mundo, todos son distintos, unos
mejores y otros peores. Voy a contaros como fue el mío. Podía haber sido de libro ...
La madrugada del 24 de septiembre, como cada
amanecer (aunque todavía era noche cerrada), me desperté con ganas de hacer
pipí. Despierta y aún tumbada en la cama noté que ese día era diferente al
resto, tenía una sensación distinta, que no sé explicar. No sé por qué, llámalo
intuición, me levanté de un salto (mi recuerdo es que di un triple salto
mortal, pero la realidad de mi estado me dice que fue un saltito sin más). De
este modo solo cayeron tres gotitas de líquidillo en el colchón y un charquito
en el suelo. Con las piernas muy apretadas la una contra la otra me dirigí al
baño. Por el camino me arrollaba más por los muslos y dejé un pequeño rastro en
mi recorrido. Cuando me senté en el inodoro noté que había roto la bolsa. Eran las 5 de la
mañana y estaba acabando la semana 38 de embarazo.
Desperté al futuro padre con la mayor delicadeza
que pude, le tranquilicé y dije que teníamos al menos dos horas. Así que puse una
lavadora mientras nos duchábamos, él se afeitó, y yo aunque no tenía hambre comí
algo, no fuera a ser que no me dejaran comer nada en el hospital hasta que
naciera la niña (recomendación de mi matrona).
Antes de las 7 de la mañana estábamos de camino
al materno-infantil. Vivimos en la otra punta de la ciudad, pero es muy
pequeñita y apenas había tráfico.
Parados en un semáforo, decidimos el nombre de la
pequeña Hache, pero esa historia y la de sus apellidos, os la cuento otro día.
Me ingresaron por urgencias, me confirmaron que
había roto la bolsa pero que no estaba de parto. [ya decía yo que no tenía ni
un dolor]. Debido a los recortes en sanidad, varias plantas estaban cerradas y
había overbooking en las que estaban en funcionamiento. No había habitaciones
libres. Nos monitorizaron a mí y al bebé durante una hora y solo tuve una
contracción.
Me dijeron que para hacer tiempo hasta que
tuviera una cama disponible podía ir a la cafetería a comer algo. Con ropa de
calle, pulsera de ingreso, una vía en la mano y vertiendo fluidos esporádicamente
fuimos a desayunar.
Volvimos a la sala de espera a “esperar”. No
sabría deciros cuantos pero nacieron un montón de bebés durante toda la mañana
y yo a parte de rebosar de vez en cuando, ni un dolor. Las horas pasaban y
nosotros allí seguíamos esperando.
Sobre las 3 de la tarde, 10 horas después de
haber roto aguas, me llevaron a un box y me dieron la comida. Mas tarde descubriría
que el box era una sala de dilatación.
Ya con el sexy camisón abierto por detrás nos
monitorizaron tanto a la peque como a mí y comprobaron que llevaba dilatados 0
cm. Ya habían pasado 11 horas. Me colocaron “proper” en el cuello del útero
para inducirme al parto y me subieron a una habitación por fin.
En la habitación me dieron de merendar y también la cena. Para que luego digan que a las parturientas no les dan alimentos en el hospital.
A última hora de la tarde empecé con contracciones
dolorosas q cada vez dolían y duraban más y eran cada menos tiempo. Cuando me
bajaron a monitores otra vez, las tenía de casi 1 min y cada 3,5. Me hicieron
un tacto y no había dilatado ni 2 cm. con lo q todavía no estaba de parto. Me
quitaron la mecha y empecé a tenerlas mucho más intensas y dolorosas. Vomité
parte de la cena (lógicamente, no se para q me la dieron). Vino la matrona en
el cambio de turno del ginecólogo y me hizo un tacto, me dijo q estaba de casi 3 y
q iba a llamar al anestesista. Me pusieron la epidural y eso fue ... indescriptible.
En poco más de dos horas dilaté los 10 cm. pero dejé de tener contracciones (yo
no las notaba pero fue lo que me dijeron). Vino la Gine del turno nuevo y me preguntó que "qué tal estaba, a parte de como una moto". Empujé un poco con ella y
la matrona y decidieron ponerme un gotero con oxitocina para provocar otras
pocas contracciones y tener al bebé. Creo que no fueron ni 6 contracciones en el
paritario y la peque y la placenta ya estaban fuera. Venía con vuelta de cordón
y tuvieron que cortar en abundancia y usar ventosa. Nos la enseñaron un segundo y se la llevaron, no me
la pusieron encima porque tenían que aspirarle el sistema respiratorio. Enseguida
la sentimos llorar desde otra sala. Mientras me pusieron los puntos (un montón,
todos internos) la metieron en la incubadora y cuando salimos del paritorio su
papi fue con ella un ratin mientras me acomodaban a mi otra vez el box de
dilatación. Luego estuvimos los 3 allí 2 horitas y a las 6:30 volvimos la habitación con
nuestra peque.