sábado, 12 de octubre de 2013

150 palabras (agua, ojos y secreto)

Las lágrimas salían de sus ojos sin cesar mientras caminaba sin rumbo. No sabía a donde se dirigía, estaba un poco desorientada después de la noticia que acababa de darle su amigo. Estaba muy triste y se sentía engañada y desilusionada, porque había estado guardándole ese secreto durante tanto tiempo. Y como lo había conseguido, algo así, era muy difícil de esconder, pero a pesar de todo lo había conseguido durante meses. Su alma gemela del colegio se mudaba al otro lado del mundo. ¿Qué iba a hacer ella ahora? ¿Con quien jugaría en el recreo?
De repente empezó a llover. Las gotas de  agua de lluvia le empaparon la cara en un momento, se mezclaron con sus lágrimas. De repente encontró a su madre que estaba buscándola sin descanso. 

3 comentarios:

  1. Hola guapa!

    Ay... Los secretos... Esos que para que estén a salvo es mejor que no sean contados...

    A veces las circunstancias nos hacen a los adultos tomar decisiones muy difíciles. Pensamos que ellos no lo sufren... "Son pequeños todavía"... Pero lo pasan mal igual que nosotros. Empezar de cero no es fácil para nadie...

    Yo aún conservo un montón de amigos de la infancia. Los primeros.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Que importante esas primeras amistades, que puras y sanas que son. Me ha gustado mucho!!

    ResponderEliminar
  3. Como siempre ahí está Mamá para arrullarte en momentos amargos. Ayyy esas primeras amistades! La niñez en tan intensa... Son tantas cosas que se sienten que me da pena que haya que crecer.

    Muchas gracias! es un relato precioso

    ResponderEliminar