miércoles, 29 de mayo de 2013

Miércoles mudo - La primavera que no llega!!


En la zona norte seguimos esperando que luzca el sol. Lorenzo se ha olvidado de nosotros, pero como se suele decir "el que no se conforma es porque no quiere" y aquí os dejo estos contrastes de color que nos está dejando esta lluviosa estación.

domingo, 12 de mayo de 2013

150 palabras (inspiración, tigre y muñeca). La mazmorra

Durante su cautiverio en las mazmorras del castillo del malvado Hemogenes, la pequeña Hache pasó momentos de muchísimo miedo. Era un lugar lúgubre y sombrío. Durante el día no le llegaba casi luz y por la noche solo tenía una antorcha en el pasillo con la que poder ver y calentarse. Las noches se le hacían larguísimas, echaba mucho de menos a sus padres y a su amigo. Se hacía una bola en aquel viejo camastro y se abrazaba a si misma.
"Si al menos tuviera a Queca" pensaba. 
Era su muñeca favorita, por las noches se abrazaba a ella y dormían juntas.
Una noche empezó a oír rugidos, que llegaban a ella a traves de las galerias de las mazmorras. parecía un tigre pero le extrañaba mucho que el malvado Hemogenes no tuviera su castillo custodiado por un dragón. Pasó tanto miedo que desde aquel mismo momento su cabecita solo pensaba en como escapar de allí. 
Una mañana sintió una ligera corriente de aire frío. 
"Aire fresco y oxigenado" pensó. 
Hizo una profunda inspiración de aquella maravillosa corriente de aire puro y pensó. 
"Tengo que encontrar esa entrada de aire. Será mi salida"


domingo, 5 de mayo de 2013

150 palabras (sol, verano y fiesta). Nalolandia

Cuando el malvado Hemogenes capturó a la princesa Hache, estaba buscando como deshacer el hechizo que sufría desde que era un bebé, la pequeña Hache era muda.
Cayó presa de sus garras cuando ascendía al cráter del gran volcán en busca de respuestas. Durante su ascenso sintió tanto calor a pesar de estar en pleno invierno, que le hizo pensar en el verano y en los maravillosos días que lucía el sol. También recordó con un poco de tristeza las fiestas del reino, si seguía con su aventura quizás no llegara a tiempo para ver los torneos o escuchar a los juglares, pero lo que más echaría de menos sería los bailes nocturnos y los mercadillos donde podía dar cuenta de maravillosos manjares y probar el vino y la sidra sin que nadie le dijera nada. Las celebraciones de Nalolandia eran conocidas más allá de su comarca y el reino triplicaba sus habitantes en esas fechas.